Sindrome de dependencia

Sindrome de dependencia

Ejemplos de síndrome de dependencia

El síndrome de dependencia ambiental,[1] también llamado síndrome de Zelig o síndrome similar a Zelig por el nombre del protagonista de la película Zelig de Woody Allen,[2] es un síndrome en el que el individuo afectado depende de las señales del entorno para lograr objetivos o tareas. Se trata de un trastorno de la autonomía personal en el que influyen los rasgos psicológicos individuales y que puede ser ayudado mediante la intervención de otras personas. Por ejemplo, los adultos a los que se les ha diagnosticado un trastorno por déficit de atención e hiperactividad dependen de entrenadores especiales que les proporcionan señales en los momentos adecuados, ayudándoles a tomar decisiones sobre cómo priorizar y ordenar las tareas.

Citas del síndrome de dependencia

Los síndromes de “comportamiento de imitación”, “comportamiento de utilización” y “dependencia del entorno” fueron descritos por Lhermitte y sus colegas en una serie de presentaciones, demostraciones en vídeo y publicaciones en la década de 1980.1-5 Desde entonces, estos sorprendentes fenómenos clínicos se han detallado abundantemente.6-12
El término “conducta de utilización” se aplica a un patrón peculiar de acciones, vinculado a la disfunción del lóbulo frontal, en el que los pacientes muestran una dependencia exagerada del entorno para obtener señales de comportamiento. Cuando se les pone un objeto delante, tienden a actuar con ese objeto (por ejemplo, utilizar un martillo, verter agua de una jarra, escribir en un papel), incluso cuando se les dice que no lo hagan, e incluso cuando admiten que se les ha dicho que no lo hagan.El término “comportamiento de imitación” se refiere a una condición en la que los pacientes imitan los gestos y el comportamiento de un examinador, incluso cuando se les pide que no lo hagan. La conducta de imitación se considera una versión más suave de la conducta de utilización, y ambas forman parte del síndrome de dependencia ambiental más amplio.En este informe describimos un fragmento distintivo, relacionado con el lenguaje, del síndrome de dependencia ambiental: el habla compulsiva, involuntaria y dependiente del entorno. Describimos a una mujer de edad avanzada que no pudo evitar hablar sobre objetos o acontecimientos de su entorno inmediato, aunque se le pidió que no lo hiciera. Dado que este fenómeno clínico contrasta con la afasia y se asemeja al síndrome de escritura compulsiva denominado “hipergrafía forzada”,13 proponemos el término “hiperfasia forzada”.

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Causas del síndrome de dependencia

Más de seis millones de personas, un 40% más que hace un año, están en peligro sin ayuda, según el informe publicado el lunes por Naciones Unidas y el gobierno de Sudán del Sur. Dice que 150.000 personas de 11 condados de los estados de Jonglei, Alto Nilo, Unidad y Bahr el Ghazal Occidental podrían caer en la hambruna este año.
“Se trata de niveles de inseguridad alimentaria sin precedentes”, declaró a The Associated Press Ross Smith, responsable de programas del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Dijo que se necesita una solución política en Sudán del Sur para que su gente pueda reconstruir sus vidas.
“La situación es extremadamente frágil y estamos cerca de ver otra hambruna”, dijo Serge Tissot, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en Sudán del Sur. “Las proyecciones son descarnadas. Si las ignoramos, nos enfrentaremos a una tragedia creciente”.
Una de cada tres personas en Sudán del Sur se ha visto obligada a abandonar sus hogares por la guerra civil, lo que ha provocado la peor producción de granos básicos del país desde que comenzó el conflicto a finales de 2013, según la FAO.

Síndrome de dependencia pdf

Las redes de seguridad social en todo el mundo son atacadas habitualmente por los críticos que esgrimen un argumento tan engañoso como conocido. Se dice que medidas como los seguros médicos subvencionados, los programas de alimentación y nutrición y los pagos en efectivo dirigidos a los pobres incentivan la ociosidad, fomentan el gorroneo y crean una cultura de la dependencia. En respuesta, los responsables políticos recortan los fondos, permiten que la inflación erosione las prestaciones y dificultan el acceso a los programas sociales.
En Estados Unidos, hace una generación, la promesa del presidente Bill Clinton de “acabar con la asistencia social tal y como la conocemos” suponía que la ayuda a los ingresos de los necesitados genera indigencia. En consecuencia, su administración redujo drásticamente las transferencias y la duración de las prestaciones, e introdujo requisitos de elegibilidad más estrictos. Al mismo tiempo, los programas sociales empezaron a incluir mecanismos para obligar a la participación en el mercado laboral, recortando las prestaciones a los adultos sanos que no podían o no querían encontrar trabajo. El propio nombre de un nuevo programa clave, la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF), subrayaba la expectativa de que la ayuda no sería indefinida.

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